Con este mensaje quisiera ir más allá de los convencionales deseos de que tengas un buen año 2020.
Quiero dejarte un mensaje de Fe, Esperanza y Amor.
Deja de escribir largas listas de resoluciones para el año entrante, que luego olvidarás al comenzar febrero o marzo.
Tomate un tiempo, pueden ser unos minutos o unas horas a solas, tranquilo y determina cual es la vida que quieres vivir.
Elije entonces una, dos, o cuando mucho tres metas. Elije de esas pocas la que más difícil te parezca conquistar, o la que al lograrla cambie en cierto modo tu vida. Elije esa que quizás tenga tanta fuerza que vaya a producir un efecto en cadena y mejorará varios aspectos de tu vida. Elije esa que te acerca más a realizar el sueño de tu vida, la que te acerca más a esa visión de vida con la que sueñas hace tiempo.
Una vez que hayas elegido, pregúntate, si estás dispuesto a pagar el precio. Pagar el precio puede significar muchas cosas, como aprender cosas nuevas, empezar hacer cambios en tu vida, hacer cosas que temes hacer, o dejar de hacer otras cosas o gente que no te convienen o que no te acercan o ayudarán a lograr esa meta.
Recuerda que todo tiene su precio, incluso no hacer nada, también tiene su precio.
Olvida las excusas. Muchas vendrán. El ser humano es una gran máquina de producir excusas.
Una vez que hayas identificado el valor del precio que tienes que pagar para lograr tu meta, pregúntate si estás dispuesto a pagarlo. Si es así, ¡Adelante!
Si no estás dispuesto a pagar ese precio, entonces olvídate de esa meta o sueño, y deja de quejarte continuamente de la vida que vives. Porque si tú no estás dispuesto a pagar el precio de lo que quieres, por qué los que están a tu alrededor van a tener que pagar las consecuencias escuchando las mismas quejas una y otra vez.
Si estás dispuesto a pagar el precio, ¡Arriésgate! ¡Lánzate!, y ten Fe. Fe en tu ser supremo, para mí, ese es Dios, y en ti mismo.
Vendrán días mejores y días peores. Días donde la fe se debilitará, días donde te encontrarás fuera del camino, en un desvío o con un obstáculo en frente. Pero es ahí cuando la Esperanza te ayudará a fortalecer la fe, cuando te ayudará a volver al camino y cuando el obstáculo se convertirá en una prueba que te hará más fuerte cuando la superes.
Y ama este proceso. Ama tu sueño, ama los cambios, ama lo que te acerca más a tu meta, ama aquellos a tu alrededor que te están ayudando a lograr tus metas, ama a aquellos que no se animan a seguir sus metas. Ama a tu Dios y a tu prójimo como te amas a ti mismo.
“Y ahora permanecen la Fe, la Esperanza y el Amor, pero el mayor de ellos es el Amor.”
1 Corintios 13:13